Uno de los puntos de inflexión que experimentó la compañía fue tras la compra de Chocolate Ametller, en el año 1972. Una marca barcelonesa histórica que pasó a formar parte de Chocolates Simón Coll S.A.
Desde entonces, la unión entre las dos marcas históricas dio paso a la conquista del mercado. Apoyándose en la inversión en la especialización y el I+D con el que se desarrollaban todos sus productos.
Desde entonces, la compañía se encuentra consolidada como una de las firmas de mayor renombre a nivel nacional. Con un excelente dominio de la técnica chocolatera y un amplio abanico de productos especialmente elaborados para satisfacer todas las necesidades de sus clientes.